top of page
Buscar
  • Foto del escritor: Karla Gonzalez
    Karla Gonzalez
  • 8 may 2021
  • 3 Min. de lectura

EL DÍA DE LAS MADRES es un día único y en este momento pandémico es aún más especial.

Probablemente ha sido un período muy difícil para muchas Mujeres que están enfrentando la tarea de criar a sus hijos y trabajar a la vez, transformando el hogar en oficina y colegio. A esto agregar las labores múltiples de alimentación, orden y limpieza, lo cual es tremendamente DEMANDANTE, sí y con mayúscula.

Muchas han debido dejar cosas importantes en el camino; sueños, carreras, amigos, relaciones, familia y parte de su propio ser.

Lo demandante de este momento en lo emocional, físico y mental ha sido demasiado, y nos hemos sentido sobrepasadas en muchas ocasiones como Madres, aprendiendo a adaptarnos a esta realidad.

Definitivamente el aprendizaje que nos ha dejado esta Pandemia en lo relativo a nuestro rol de Madres ha sido enorme, nos ha llevado a evolucionar, con dolor en ocasiones, pero sobre todo inspiradas en el AMOR que sentimos por nuestros HIJOS. Nos hemos acercado más a ellos, conociendo sus luces y sus sombras que al parecer en el encierro se agudizan.

Hemos desplegado todas nuestras habilidades para enfrentar este momento, y nuestro hijos han sido testigo de ello, desde videollamadas en la cocina, participando en reuniones mientras empezamos a armar el almuerzo, hasta aparecernos en la clase del cabro chico en pijama para dejarles el desayuno, y en otras muy arregladitas frente al compu presentando alguna idea a nuestro equipo de la pega, sin haber pasado por la ducha, en fin, unas fotos muy locas de nosotras frente al mundo, desde nuestro mundo en el hogar.

Hemos tenido semanas de cocina bien gourmet, tan inspiradas y con comida muy balanceada, en otras repitiendo el menú, y en algunas componiendo un plato en base a colección de comidas que de nuestra evaluación podrían ser aprovechadas, de todo, capítulos de almuerzos muy conversados, y otros flash….

Una maratón diaria de hacer cosas, con la cabeza en mil cosas, porque el día corre más rápido de lo deseado en ocasiones, sobre todo cuando somos las Cocineras Oficiales doctoradas en Comida para la Familia.

Siempre haciendo varias cosas a la vez, y de hecho en esto instante me detuve un rato para seguir con la limpieza de la comida que llegó de Corner Shop, y así es la vida de las Mamás en Pandemia, así que si estamos un poco LOKAS con K, no se vengan a sorprender que aún sigamos de pie con humor y con ganas de seguir de MAMÁS, que no claudicaremos.

Rindo un Homenaje a todas las Madres que han perdido un hijo en estos tiempos, y a todos los Hijos que han perdido a sus Madres. El profundo silencio en el alma que dejan estas partidas no tiene comparación, e imagino que en este Día de la Madre reaparece este sentimiento.

ree

Un Homenaje a las Madres pobladoras y del campo, tan invisibilizadas en nuestro país, que se han desgastado mucho en este período, manteniendo a flote a la familia, de curanderas del cuerpo y del alma, de profesoras de sus hijos (sin internet ni computadora), y consejeras eternas en todas las áreas que se le consulten, que hacen magia en la cocina, con tanta precaria realidad que se ha profundizado en esta pandemia.


Un Homenaje a las Madres mayores, que han recibido pocas visitas de su familia y demasiado cortas en este período, y que están tan lejos de sus hijos, sin poder pasar largos ratos juntos, algo que antes parecía tan simple y gratuito.


A todas estas Madres Especiales les presento mi admiración y respeto, son modelos invisibles de Mujeres que están a diario enfrentando la vida de Madres desde una difícil realidad, a ellas van estas letras en este DIA DE LAS MADRES EN TIEMPOS DE PANDEMIA.






 
 
 
  • Foto del escritor: Astrid Contreras
    Astrid Contreras
  • 28 abr 2021
  • 3 Min. de lectura

ree

Desde que salí de la universidad he participado en cursos, diplomados, seminarios, en los que se habla de Liderazgo. Algunas de las interrogantes que aparecieron o temáticas relacionadas con el Líder fueron: se hace o se nace, formal e informal, las actitudes del líder, tipos de liderazgo, liderazgo para los tiempos actuales, habilidades para liderar, líder versus jefe, liderazgo en una organización, el líder como el motor de transformación. ¿Se me queda algún tópico en el tintero? Tal vez. He escuchado, leído, estudiado todo eso en las diferentes capacitaciones en las que participé alguna vez en estos últimos veintialgo años de recorrido laboral.

En estos días de más tiempo entre los míos, y con más distancia y reposo respecto del tema, mientras escuchaba, me cuestionaba sobre mi relación con el liderazgo.

Sí, yo soy una líder formal pero de antes ya lideraba de manera informal en este puesto de trabajo. ¿En qué ámbitos soy líder? Ajá, yo no sabía pero soy una líder del tipo “dejar hacer” con una mezcla extraña de líder autoritaria. Sí, también parece que tenía características de ser transformacional. ¿Habré nacido así? ¿Soy líder? Y ¿seré de esos que son imitados o de los que capacitan a las personas? No, seguro que no soy transaccional….Y entonces qué clase de líder soy? ¿De los positivos o de los negativos? Todo parece más simple y estructurado cuando lo explican. Sin embargo, va a depender de la interacción con el equipo y de las características del mismo. Qué tengo que hacer para mejorar, me lo preguntaba frecuentemente.

Me imagino ahora que algunos sentados en esos confortables asientos de las clases, tomaban nota de cómo llegar a ser líderes. Tal vez no se paraban desde el puesto de soy un líder, como patudamente lo hice yo, al contrario, sentían que tenían que encontrar la fórmula mágica para llegar a ser líder. Sí, saludar al equipo e interesarme por ellos, hacer redes, motivar a los compañeros, establecer una visión, encontrar a los líderes formales e informales. Y chocando también con sus propios paradigmas sobre cómo se hace eso de “establecer una visión”. Más fácil decirlo que hacerlo. Y no menos difícil luego comunicar esa visión.

¿Cómo hago para llegar a eso?, podría ser la gran pregunta en la mente del Líder.

Se ha escrito tanto a través de la historia sobre el liderazgo. Sobre todo en los libros de gestión de empresas y en los que existe orientación a lograr algo. Cabe señalar que la mayoría de estos textos han sido escrito por varones, que han tenido la cobertura y el espacio para realizarlo, así como cierta validación social para ello.

Cientos de palabras y análisis. No fue hace tanto tiempo que un coach al que sigo publicó algunas frases en LinkedIn (que no logro encontrar ahora) respecto del desarrollo personal y la inteligencia emocional como base para el liderazgo.

Y ahí, ahí mismo encontré eso que no había encontrado en ningún curso. Eso que me hizo sentido para aprender a ser líder, a mejorar como líder, a encontrar como deshacerme de todas esas clasificaciones que sólo rodean o pintan las sombras del liderazgo. Para cuestionarme sobre si quiero ser líder, si es un tema relevante o es parte de un gran negocio en el mundo de la gestión y finalmente, si vale la pena seguir gastando palabras en ello.

Mi respuesta es que vale la pena seguir gastando palabras. Porque por sobre todo lo que se ha escrito, tengo la certeza en lo profundo de mi entendimiento, que el liderazgo parte con la historia de guiarse a sí mismo. Guiarse, motivarse, cuidarse, aprender, cambiarse.

El que pudo liderar en lo pequeño, podrá liderar en lo grande.

¿Hablemos de eso? Tengo los contraejemplos también.

Y como todo se mueve hacia donde movemos nuestros intereses o enfocamos nuestra atención, me topé con Simon Sinek. Había oído de él, pero no me había enfocado.

Eso lo dejo para la próxima, aunque por ahora les comento de una muy buena cápsula de Sinek, publicada en su Linkedin, por si quieren ir por más.


 
 
 
  • Foto del escritor: Karla González
    Karla González
  • 4 mar 2021
  • 4 Min. de lectura

Actualizado: 28 abr 2021


ree

Estamos volviendo a la Nueva Normalidad, luego de un año de Pandemia en el país se empiezan a retomar las actividades regulares, entre ellas el colegio, y se terminan las especiales vacaciones que no muchos tuvieron.

Empezamos marzo con el stress propio de este mes, pero en Modo Mascarilla, señal que el COVID aún nos sigue acompañando.

La estadía en casa empieza a cambiar, los jefes comienzan a reordenar las cosas y con ello el trabajo presencial se asoma más y más fuerte.

El apego de las viejas prácticas pone en riesgo la flexibilidad laboral, tan apreciada por quienes tenemos más de la mitad del mundo dentro de la casa, y a pesar de haber demostrado que nuestro aporte en modalidad teletrabajo fue bueno, aún se prioriza el estar dentro del lugar de trabajo en algunas organizaciones. La desconfianza que en casa se vacaciona reaparece por los rincones de las conversaciones laborales.

Hay otras empresas que dieron la real posibilidad de trabajo a distancia, o modalidad híbrida (semipresencial) y permitiendo así hacer los ajustes domésticos para compatibilizar la vida con el trabajo.

Les invito a hacerse la pregunta ¿Cuál es “Mi Nueva Normalidad” a la que quiero volver?

En mi caso este año de pandemia me ha hecho cuestionarme todo, desde no dejar las cómodas zapatillas para circular por la vida, seguir con las rutinas del deporte de la web, aumentar la mini huerta del balcón del departamento, hasta cuestiones de más relevancia como mi proyecto laboral, y la comunicación con los hijos, la relación de pareja, en fin, y por supuesto las amistades que quiero promover e incluir en mi vida.

Es interesante hacer el listado de todo lo que me he despojado en este período, de aquellas cosas que ya no necesito, y también de las que aparecen más relevantes ahora.

Las relaciones humanas cambiaron, se afiataron algunas y se quebraron otras, o simplemente algunas se enfriaron, con riesgo de no volver a entibiarse.

¿Cómo volver a alejarse de los hijos, los padres, la mascota, luego de haber almorzado por un año juntos, siguiendo con cierto grado de adicción por la tele el recuento de casos COVID, o mucho más entrete mirando las series de Netflix, disfrutando de la cocina casera, y esa sobre mesa de épocas de antaño? Fue como haber vivido en provincia, donde las personas van a sus casas a almorzar, y por un par de horas no hay tiendas abiertas, entonces nadie aprovecha de ir a comprar a esa hora, o ir al doctor, o a buscar los exámenes médicos de algún pariente, o a cambiar el libro del colegio del hijo que compré por error, en fin, como estrujando la hora de almuerzo, sin almuerzo, en fin….¡¡¡¡¡No quiero volver a ello!!!!!

¿Quién quiero seguir siendo, para mí, para los demás?

Te invito a hacer un acto de Rebeldía antes de asumir a ciegas la Nueva Realidad que los demás quieren para ti, ¿te parece?

Mi Nueva Realidad es de menos Belleza Exterior y más Salud y Bienestar, es decir, caminar con Zapatillas no lo transo, y me niego a obligar a mi pie a comprimirse en un calzado bello pero incómodo, ya por 30 años fue suficiente para mi pies, ¿no les parece?. En esta misma línea con la mascarilla en el rostro empiezo a escoger diseños que no me resten glamour, pero que no olvide que el objetivo es protegerme del Covid por supuesto. Tampoco voy a tener Mascarilla para cada tenida, o sea, no es un atuendo de moda no?, porque he visto en la televisión cada modelito que me da una risa.

Se dan cuenta que regalar una sonrisa ya no tiene impacto, así que en esta Mi Nueva Realidad voy a regalar guiños, vamos ensayando para seguir dando alegrías, coquetería y entusiasmo a nuestro paso, que de seria y grave por la calle no me veo.

Mi Nueva Realidad es de Reuniones Virtuales permitiendo ruidos caseros y cabros chicos dando vuelta, porque no me puedo deshacer de mi Realidad, aunque para algunos suene a poco profesional, para mí es la Belleza de mis días. Trabajar desde casa es mostrarse en lo cotidiano también, mostrar tu entorno, a los tuyos, responder el timbre del conserje que llegó el encargo, y los gritos de locura de los hijos cuando se cae internet. Lo que muchos no saben es que en esta Nueva Realidad puedo seguir trabajando con pasión y concentración en mis metas, en mis sueños, en mis pendientes, y esto ocurre porque siempre he podido, y ahora lo demostré, a costa del stress por supuesto, pero que valga la pena este año de pandemia, donde anunciaban con pavor que quedarse en casa paralizaría el país.

Las Mujeres nunca paramos, nos reinventamos, nos adaptamos en este año, y claramente aportamos con el desarrollo del país, así que la Nueva Realidad que me merezco tiene nuevos límites y reglas, que es bueno no olvidar, porque de paso me olvido de mi persona, y con el retorno a la Normalidad antigua se diluyen todo lo ganado o perdido en esta pandemia.

¿Cuál es tu Nueva Normalidad?

 
 
 

SUSCRÍBETE

Gracias por suscribirte a Juntas

JUNTAS Blog | 2021

bottom of page