top of page
Buscar
  • Foto del escritor: Karla Gonzalez
    Karla Gonzalez
  • 31 ene 2022
  • 3 Min. de lectura

Este primer mes del año 2022 tuve la fortuna de visitar la Región de Atacama, de Copiapó hacia el Altiplano, a unos 2.600 msnm, y vi un Guanaco o algo similar…a los pocos días, después de pasar por Santiago, el siguiente destino fue Punta de Choros, en la Región de Coquimbo, y vi nuevamente un Guanaco, más cerca que la vez anterior (va foto).


ree

En menos de 7 días vi 2 Guanacos, y eso no me ocurrió en Santiago, esta ciudad que a veces creo lo tiene todo.


En el avión de vuelta de Copiapó a Santiago, una vez que aterrizamos se anuncia por altavoces algo así, “los pasajeros que deban hacer conexión a Iquique por favor pasar a la zona de tránsito”, y luego dan el mismo mensaje para los pasajeros con destino a Arica. Es decir, si estás en Copiapó y deseas viajar a Iquique o Arica, debes viajar a Santiago primero. Me quede PLOP….y pensé “Santiago no es Chile…no pues”, pero ocurre que si parece serlo en ocasiones.


Probablemente hay pocos pasajeros para llenar un avión que vaya de Copiapó a Iquique, o Arica, y tienen que viajar a Santiago, por razones comerciales seguramente, al menos en ese horario en que yo viajé, pero me parece una locura, y una ofensa para los ciudadanos de Copiapó que desean viajar al norte de su ciudad.


Ejemplos similares debe haber muchos, y si eres de Santiago como yo, lamentablemente los tenemos tan naturalizados, que ni los vemos.


Las oportunidades laborales y comerciales están la mayoría en Santiago y un par de regiones más, V y VIII Regiones, y más bien en las grandes ciudades de estas regiones.


Chile es un país costero, y lo tengo bien presente, sobre todo porque tengo la fortuna de integrar una Asociación de Marítimos, y que siempre están hablando de proyectos, estudios e investigaciones en la costa de Chile.


Y bueno, Santiago no tiene costa, y a pesar de no tener este gran atributo, igualmente como Metrópoli monopoliza el desarrollo, el presupuesto de la nación y la toma de decisiones.


Algunas interrogantes sobre Santiago para la reflexión:


¿Cuántas estaciones de metro tiene?....y el resto de Chile?

¿Han visto las rotondas, enlaces, pasos bajo nivel, túneles y autopistas que conectan a toda la capital?

¿Cuántas Universidades Estatales y Privadas, así como Centros de Formación tiene?

¿Cuántos gimnasios públicos y privados, estadios, piscinas e infraestructura deportiva existe en Stgo.?, y si miramos en el área de Telecomunicaciones y Antenas?

¿Cuántas clínicas, hospitales, centros médicos y recintos de salud tiene esta ciudad?

Los Mall no están en mi comparativo, no los considero de valor social ni cultural, y me desagrada lo que representan, algo así como el templo del consumismo, en fin, pero puede ser que lo vea así porque estoy vieja y mañosa.


En fin…no quiero aburrirles y perder vuestro interés, pero hay demasiados ejemplos que por décadas han mantenido el CENTRALISMO.


Descentralizar este país no tiene que ver con ser generosos con los ciudadanos de regiones, sino dejar de ser egocentristas y autoreferentes.


Chile son su personas, sus Mujeres y Hombres que trabajan la tierra, echan sus redes al mar, explotan el cobre y tienen su emprendimiento.


Chile son sus costas, playas maravillosas, el oleaje y sus mareas, energía marina que aún no hemos dedicado suficientes recursos para producirla.


Chile son sus Guanacos y Llamas, su flora y fauna tan particular del norte, centro, sur y extremo sur, así como de sus islas.


La diversidad de este país es única, no hay otro con una geografía tan variada, de desiertos, altiplano, volcanes, lagos, hielos y más de 4.000 km de costas y cordillera, y que decir de la magia de sus islas…


Santiago es una muestra de Chile, y tiene concentrado el poder del Estado y las Empresas más onerosas e influyentes del país…desde esta ciudad se dirige el país entero, se decide por todos los chilenos, por la flora y fauna, sus recursos naturales, sin siquiera conocerlos.


Los aeropuertos, los puertos, trenes, puentes y toda la infraestructura que nos conecte es muy valioso, pero que nos conecte efectivamente, y no que facilite más seguir centralizando el mando de este buque llamado Chile.


Y tú que crees ¿Santiago no es Chile?

 
 
 
  • Foto del escritor: Karla Gonzalez
    Karla Gonzalez
  • 27 dic 2021
  • 5 Min. de lectura

Los fines de año se prestan para evaluaciones del año que culmina, respecto de lo logrado, aprendido, obtenido, con alguna medida de ganancia, que refleje que somos más que en un principio.


Cada uno tiene sus indicadores personales; metas logradas en el trabajo, diplomado realizado, aumento de sueldo, nuevo cargo, consolidación de la relación, hijos que pasan de curso idealmente con alguna premiación que alimente nuestro ego, pero indicadores, ojalá evidentes e indiscutibles del éxito de este año que culmina. Los cambios que nos acontecieron o que buscamos también se miran con ojos de ganancias, porque la lógica es que el cambio es para alcanzar una mejor condición y no al revés.


En esta evaluación no puede faltar alguna adquisición material, cambio de auto, nueva vivienda, como señal que mi estatus se ha incrementado. Con el slogan “Más es Mejor” en el inconsciente, miramos con detalle los 12 meses del año 2021.


Estos indicadores cuantificables o métricas en su mayoría no se relacionan en nada con mi estado de salud mental, emocional, física y menos mi desarrollo espiritual. En este país parece ser que la palabra desarrollo viene bien con profesional, y de ahí que “desarrollo profesional” suena bien y parece sinónimo de éxito.


En mi caso cuando escribo “espiritual” no me refiero a religioso, rezos u oraciones, sino a lo relativo a la vida espiritual que habita en mi interior, esa que da sentido o trascendencia a las cosas de la vida, y que le da sentido a mi propia vida, y a la de los que me rodean. Lo espiritual para mí es lo que me impulsa a buscar un propósito en lo que hago, y me motiva a ser mejor persona, mejor mujer y me hace conectarme con la tierra y los seres que viven en ella, desde una relación amable y no de dominación.


Retomando lo de la lógica de “Más es Mejor”, hay que agregar que en nuestra cultura occidental la pérdida está muy subvalorada, y se vincula con el fracaso, la crisis o la depresión, sin darle la posibilidad a la pérdida de asociarla al crecimiento, la oportunidad y la evolución del ser. En esta lógica material y poco espiritual “Menos no es Más”.


Las evaluaciones son importantes, nos ayudan a revisar y reconocer los aciertos y desaciertos, son una conclusión desde la perspectiva que más prepondere en mi análisis, pero no son la última palabra, es más, pueden ser un síntoma de algo que ha estado pasando de manera subterránea en mi año.


El stress de fin de año es un pésimo compañero para acompañar las evaluaciones, por ello pospondría esta idea de cerrar el año con una evaluación, y en cambio, realizaría una dinámica basada en el “agradecimiento”, y así mirar mi año a la luz de lo que me hizo sentir bien, tranquila, conectada, feliz, y que quiero agradecer, como un respetuoso gesto hacia mi vida y lo que ella me ha permitido ser en este año 2021.


Cuando alguien hace algo por mí yo doy las gracias, es un gesto que me surge de manera natural, y es uno de los actos más comunes en todas las comunidades, a la vez es bien apreciado en muchas culturas. Las buenas acciones que percibo de los demás hacia mí, por muy simples que parezcan me generan un deseo de gratitud hacia ellas. Esta emoción nos viene del alma y nos conecta con un maravilloso sentimiento de gratitud.


Te invito a conectarte con la GRATITUD y mirar tu año 2021, realizar el acto de agradecer por todas las maravillosas imágenes que veo en él. Estas fotografías no vienen con indicadores de eficiencia, métricas de éxito, ni cosas materiales, si no, vienen cargadas de momentos, emociones, sentimientos, rostros, llantos, alegrías, despedidas, encuentros, besos y abrazos.

ree

En el rincón de mi alma me instalo para hacer esta dinámica del Agradecimiento, no en el computador personal de mi lado racional del cerebro, porque es desde la magia y el amor que miro mi año 2021, y empiezo a ver como sobreviví milagrosamente a otro año de pandemia, de inestabilidades, de miedos y tensiones, y veo rostros que estuvieron allí, a mi lado, con gestos sutiles; una sonrisa, un café, un “ánimo”…..rescato esos gestos, esas miradas, incluso las de aquellos que me hicieron sufrir, porque puede venir algo que tengo que aprender envuelto en ese mensaje tan duro que me dieron.


Las pérdidas ya no parecen un fracaso, sino una crisis transformacional, que me lleva a perder y a dejar espacio para algo nuevo, donde podrá llegar algo totalmente distinto y emocionante, con toques de aventura, y notas de locura.

Dejar atrás y practicar el desapego es una tremenda experiencia, y puede llevarnos a vivir mejor, y a dejar de creer que necesito tantas cosas para vivir, reteniendo aquellas cosas y relaciones que son mías, de mi propiedad, y aunque hace rato ya no funcionen, las tengo atrapadas por si hubiera algo que me pudieran dar.


El desapego incluye las viejas prácticas, que me dan seguridad de alguna manera, y que me hacer estar en un estado de confort, y que a la vez me mantienen estanco, sin nuevos movimientos, sin nuevas emociones.

Hay momentos en la vida en que soltar algo que aprecio es un maravilloso ejercicio, y darle el tiempo para que vuelva, cuando quiera y de la manera que le parezca, puede ser sorprendente y divertido.


Las estructuras mentales son una gran causa para boicotear el desapego, y nuestra mente se siente más cómoda si no integramos ideas muy diferentes y disruptivas, que me cambia mis algoritmos internos de hacer las cosas y mirar mi vida.


El fin de año en este lado del planeta es de una carga emocional y física mayor, porque coincide con cierre de año legal, financiero, académico, en fin, en el norte de nuestro globo celebran la Navidad y el Año Nuevo, sin la presión de cerrar el año, y es a mitad del año que dejan estas tareas y dinámicas de cierres.


El momento que vivimos hoy, en pandemia, en elecciones, economía apretada, y chilenos que partieron por el COVID, es un momento intenso, y es injusto para nosotros hacer evaluaciones, no las necesitamos, congelemos esta idea de hacer un análisis de fin de año de ganancias y pérdidas.


Te invito a hacer un momento profundo y respetuoso de AGRADECIMIENTO, y recordar aquellas miradas regaladas, sonrisas recibidas, abrazos del alma, regaloneos varios, cafecitos recibidos, mensajes alegres y cariñosos, así como de críticas y comentarios complejos que con el tiempo me hicieron sentido, y de AGRADECIMIENTO a mi ser por aquellos desafíos que me atreví a tomar y a dar ese salto al vacío, a ese deseo de aventura que me vino, y esa inquieta mente que buscó nuevas ideas que introducir en mi cabeza.


Agradecer por tenerte a ti mismo, a pesar de haber perdido un amor, un amigo, una mascota, un hogar, un trabajo, un sueño, y de seguirte conectando con lo que te da sentido y te mueve a ser mejor, y te hace tener menos, donde a veces “Menos puede ser Más”.


Gracias a ti por leerme.


 
 
 
  • Foto del escritor: Karla Gonzalez
    Karla Gonzalez
  • 24 nov 2021
  • 7 Min. de lectura

Entrevista a la Directora de EL CIELO ESTÁ ROJO

ree

Cuando yo estuve en la U, pre ola feminista, la mayoría de los profes que enseñaban eran hombres, entonces pensar en dirigir se veía como algo pesado, que quién lo hiciera debía ser alguien fuerte. En la industria hay pocas directoras, más bien productoras, es un problema que trasciende las disciplinas lo de la mayor presencia de hombre, y en el Cine se siente bastante, donde el trabajo es colectivo, y se requiere mucha coordinación y dirección, mucha jerarquía y existe la idea que lo masculino tiene que ver más con esto de dar direcciones y dar ideas claras.


Yo me sentía cómoda dirigiendo, y creo que ingresé en esta temática cuando tenía 16 o 17 años y presencié por TV este evento del Incendio en la Cárcel de San Miguel (8 de diciembre del 2010). Me acuerdo que estaba en el cole en una actividad, y vimos esas imágenes y nos quedamos impactados, no solamente por lo dura e impactantes visualmente, sino porque en eso momento nos dimos cuenta que esa fue una tragedia en manos del Estado, y eso hacía que fuese más grave.


Después de casi 4 años me enteré de los resultados, “la absolución de todos los imputados”, fue muy impactante, casos de cuello y corbata sin asumir ninguna responsabilidad, y yo creo que como sociedad estábamos esperando una responsabilidad concreta, y no ocurrió.

Ante este hecho tan grave, con tantas muertes, en ese momento sentí mucha impotencia, de esta sensación que la justicia opera para unos, y no para otros.


Después ya estudiando cine, siempre me volvían estas imágenes, y me costaba entender o dimensionar lo reconozco, me pregunté ¿Qué otras imágenes existirán?, ¿Quién las filmó?, ¿Para qué? y me puse a conversar con unas compañeras sobre esto. Este trabajo está integrado por un 80% de mujeres, sin hacerlo muy consciente llegamos a agrupar más mujeres en esto, por la sensibilidad puede ser. Nos empezamos a relacionar con las familias de los fallecidos, y casi después de 2 años pudimos acceder a la carpeta judicial, ver los archivos de este evento, para nuestra investigación, y fue muy impactante ver en cada uno de esos archivos las marcas de un país profundamente desigual y deshumanizado. Ahí empezamos un trabajo muy complejo y detallista, entrando en la complejidad de todo este caso.

ree

Nos encontramos con sorpresas y obstáculos, respecto que un grupo de mujeres quisiera tratar esta temática, y muchas veces nos comentaban ¿Por qué se meten en este mundo tan arduo? Y fue súper fuerte recibir ese comentario.


Es efectivo que hay pocas voces femeninas de mundos que son profundamente masculinizados, además de ser una Cárcel de Hombres, la cárcel en sí es una Estructura profundamente Patriarcal. Era muy inusual que ese espacio tan reservado a la masculinidad fuese observado, criticado o intervenido por una visión más femenina.


Y ha pasado algo súper interesante porque esta semana (15 noviembre 2021) se estrenó nuestro trabajo “El Cielo está Rojo” y al mismo tiempo se estrenó una película “Mis hermanos sueñan despiertos” que es una ficción sobre el SENAME que la realizó una directora Claudia Huaiquimilla, justo dos películas que hablan sobre espacios muy masculinos desde miradas muy femeninas. Y no solo por el hecho que seamos dos Directoras Mujeres, pero también que ambas películas están tratadas con una sensibilidad y humanidad, que a veces es difícil encontrar en este tipo de temáticas.


Hay una aproximación distinta frente a estos temas de parte de las Mujeres.


Es interesante esto que hablamos de la razón y la emoción, de hecho alguna de las críticas que salieron fue respecto a una mirada que no separaba lo político de lo afectivo en la película, sino que estaba integrado, y que no había política sin hacerse cargo de toda esa circulación de emociones y afectos de las personas que estuvieron involucradas, lo cual me parece que es una nueva forma de pensar la política también, que tiene que ver con una posición feminista.


Francina la cárcel es un ambiente construido por los hombres en todo su concepto (físico, social, etc.). ¿Cómo te sentiste ahí cuando te toco interactuar con los hombres del lugar?


Es un espacio totalmente controlado por la masculinidad, pero que en el fondo las únicas que van a visitar a los presos son las madres, las hermanas y las parejas, con colas enormes. Y en las cárceles de mujeres, es muy triste y doloroso, porque reciben muy pocas visitas, pues no van los hijos, padres o parejas. En el caso de las hombres existen estas mujeres que siempre los van a acompañar, y en las mujeres es como que se corta el lazo con todo lo de afuera.


Nosotras hicimos una filmación pequeña adentro del lugar, y fuimos a grabar a la Penitenciaría, y fue durísimo. Nos advirtieron, nos pusieron mucho miedo por el hecho de ingresar a una cárcel de hombres, vayan con cosas holgadas, en fin, y fue una experiencia muy contraria.


Es muy impactante estar adentro, no en el patio, si no en las habitaciones, sentir el ruido, el nivel de hacinamiento, y de precariedad, y te enfrentas a vidas humanas donde los derechos humanos básicos están suspendidos, lo que es muy fuerte ir a corroborarlo.


Cuando estuvimos adentro la verdad es que nos sentimos súper bien recibidas por ellos, por supuesto siempre estábamos con gendarme todo el tiempo. Les explicamos que estábamos haciendo un documental de San Miguel, y muchos se conectaron con ese momento, que habían tenido hermanos o amigos ahí, entonces se conectaron con nosotras desde otro lugar.


Al principio nos miraron con rechazo por ser de la televisión, y cuando les contamos a lo que íbamos nos mostraron sus espacios y sus lugares, se abrieron mucho y fueron muy amables, y lo violento lo percibimos del lugar mismo, no de ellos. Fue como presenciar un espacio muy violento pero con personas, que se abren, que son simpáticas, y eso fue duro. Cuando terminamos esto, estuvimos 10 días en cama para digerir todo.


Francina para ellos debe haber sido sorpresivo que alguien se interesara por ellos, desde la dignidad, que tal vez ya la habían perdido antes de entrar a la cárcel incluso, y que un grupo de mujeres se acercara a ellos con amistad, debe haber sido como un bálsamo para sus vidas, eso te demuestra que el cariño es una intervención buena.


Yo creo que una mirada más humana es buena, ellos están recibiendo violencia siempre, desde el lado más frío. No son un sistema efectivo, que bajen la delincuencia luego de estar allí, es más como un look de violencia, de donde salen y siguen delinquiendo. Es un problema a nivel país. A mí lo que me asusta es este discurso de una derecha muy extrema que tiene que ver con la criminalización, de abrir más cárceles, de meter más gente ahí, y me parece que ahí hay una falta de una lectura. Cuando entras a la cárcel no te encuentras a nadie de clase media, ni menos alta, la mayoría es gente joven y pobre. Si uno no es capaz de hacer alguna lectura ahí más profunda y compleja, no lo entiendes.


Francina ¿Qué es lo que tú esperas que le pase a la gente cuando vea tu documental?


Lo hicimos con la intención de elaborar algo porque había quedado una herida abierta. Cuatro días de mucha mediatización, con imágenes que en mi opinión traspasaron las fronteras éticas en muchos casos, y después un silencio profundo. Esto es algo que me parece ocurre mucho en nuestro país, que cuesta hacer trabajos de reflexión o memoria, y eso es grave para el futuro, para descubrir cosas y abrirse a un futuro más digno.


Entonces una primera intención tuvo que ver con encontrar formas narrativas o formas de hilar o de trenzar de esa herida que estaba ahí. Obviamente no creo que vaya a hacer justicia o algo así de esas grandes palabras. Nosotros no tenemos la facultad de hacer justicia, esta viene desde el Estado, y es algo que las familias no recibieron. Pero si intentar elaborar eso, y creo que a mí me terminó de hacer sentido cuando al final de hacer la película, a los primeros que las mostramos fue a los parientes de los fallecidos y los sobrevivientes. Fue muy hermoso y doloroso, porque ellos se sintieron muy dignos frente a lo que estaban viendo. Me acuerdo de una de las madres que se me acercó y dijo que nunca había entendido como ocurrieron las cosas, nadie le dio un relato, y esto le dio alivio saber cómo fue. Creíamos que había una urgencia ahí y lo hicimos.


En términos como de espectadores en general, lo que más espero que esto abra a la reflexión en general, porque estamos en un momento tan importante, escribiendo una nueva Constitución, re pensando el diseño de un país, y va a salir como tema el sistema penitenciario. Creo que es importante como ciudadanos tener las herramientas para discutir de una forma responsable y disponer de los espacios de reflexión que queremos, creo que no es un tema fácil. No hay una solución obvia para nada, pero creo que hay que dejar de correr la mirada y poder ingresar a esa realidad y poder hacerse responsable de ello. Entonces que sea una película que abra la discusión para mí ya es todo.


Francina tú le rendiste un Tributo a los 81 Presos de la Cárcel de San Miguel que murieron en condiciones extremas, y sin familia además. Este acto altruista que hiciste es lo que hace el Arte, ser un sensor en las sociedades, y tomar las heridas con el cariño el respeto con que tú lo hiciste, y que muestra la sociedad tal y como es. Esa Visión tan Social del Arte y del Cine, ¿De donde crees que te viene?


Creo que viene de la Universidad de Chile, le agradezco por una formación que tiene que ver con cierta generosidad y responsabilidad social frente a las cosas, y con construir una posición frente a la realidad. Eso creo que lo tenía y la U me dio las herramientas para desarrollarlo, y los profesores tenían una posición ética muy interesante.


Francina no imaginas el impacto de tu obra. Va a calar profundo. Traerlo a la luz, ponerlo en un formato artístico, que impacta muchísimo más que en una noticia, y en este formato maravilloso es un regalo muy bello, muchas gracias Mujer.


Ojalá "EL CIELO ESTÁ ROJO" sea visto en todas partes de nuestro país; las universidades, en los colegios en cursos de enseñanza media, para que exista esa conciencia, que desde nuestra burbuja de privilegios no tenemos, y no vemos todo el tema.

 
 
 

SUSCRÍBETE

Gracias por suscribirte a Juntas

JUNTAS Blog | 2021

bottom of page