"FIN DE AÑO 2021…MOMENTO DE EVALUACIONES O AGRADECIMIENTOS?"
- Karla Gonzalez
- 27 dic 2021
- 5 Min. de lectura
Los fines de año se prestan para evaluaciones del año que culmina, respecto de lo logrado, aprendido, obtenido, con alguna medida de ganancia, que refleje que somos más que en un principio.
Cada uno tiene sus indicadores personales; metas logradas en el trabajo, diplomado realizado, aumento de sueldo, nuevo cargo, consolidación de la relación, hijos que pasan de curso idealmente con alguna premiación que alimente nuestro ego, pero indicadores, ojalá evidentes e indiscutibles del éxito de este año que culmina. Los cambios que nos acontecieron o que buscamos también se miran con ojos de ganancias, porque la lógica es que el cambio es para alcanzar una mejor condición y no al revés.
En esta evaluación no puede faltar alguna adquisición material, cambio de auto, nueva vivienda, como señal que mi estatus se ha incrementado. Con el slogan “Más es Mejor” en el inconsciente, miramos con detalle los 12 meses del año 2021.
Estos indicadores cuantificables o métricas en su mayoría no se relacionan en nada con mi estado de salud mental, emocional, física y menos mi desarrollo espiritual. En este país parece ser que la palabra desarrollo viene bien con profesional, y de ahí que “desarrollo profesional” suena bien y parece sinónimo de éxito.
En mi caso cuando escribo “espiritual” no me refiero a religioso, rezos u oraciones, sino a lo relativo a la vida espiritual que habita en mi interior, esa que da sentido o trascendencia a las cosas de la vida, y que le da sentido a mi propia vida, y a la de los que me rodean. Lo espiritual para mí es lo que me impulsa a buscar un propósito en lo que hago, y me motiva a ser mejor persona, mejor mujer y me hace conectarme con la tierra y los seres que viven en ella, desde una relación amable y no de dominación.
Retomando lo de la lógica de “Más es Mejor”, hay que agregar que en nuestra cultura occidental la pérdida está muy subvalorada, y se vincula con el fracaso, la crisis o la depresión, sin darle la posibilidad a la pérdida de asociarla al crecimiento, la oportunidad y la evolución del ser. En esta lógica material y poco espiritual “Menos no es Más”.
Las evaluaciones son importantes, nos ayudan a revisar y reconocer los aciertos y desaciertos, son una conclusión desde la perspectiva que más prepondere en mi análisis, pero no son la última palabra, es más, pueden ser un síntoma de algo que ha estado pasando de manera subterránea en mi año.
El stress de fin de año es un pésimo compañero para acompañar las evaluaciones, por ello pospondría esta idea de cerrar el año con una evaluación, y en cambio, realizaría una dinámica basada en el “agradecimiento”, y así mirar mi año a la luz de lo que me hizo sentir bien, tranquila, conectada, feliz, y que quiero agradecer, como un respetuoso gesto hacia mi vida y lo que ella me ha permitido ser en este año 2021.
Cuando alguien hace algo por mí yo doy las gracias, es un gesto que me surge de manera natural, y es uno de los actos más comunes en todas las comunidades, a la vez es bien apreciado en muchas culturas. Las buenas acciones que percibo de los demás hacia mí, por muy simples que parezcan me generan un deseo de gratitud hacia ellas. Esta emoción nos viene del alma y nos conecta con un maravilloso sentimiento de gratitud.
Te invito a conectarte con la GRATITUD y mirar tu año 2021, realizar el acto de agradecer por todas las maravillosas imágenes que veo en él. Estas fotografías no vienen con indicadores de eficiencia, métricas de éxito, ni cosas materiales, si no, vienen cargadas de momentos, emociones, sentimientos, rostros, llantos, alegrías, despedidas, encuentros, besos y abrazos.

En el rincón de mi alma me instalo para hacer esta dinámica del Agradecimiento, no en el computador personal de mi lado racional del cerebro, porque es desde la magia y el amor que miro mi año 2021, y empiezo a ver como sobreviví milagrosamente a otro año de pandemia, de inestabilidades, de miedos y tensiones, y veo rostros que estuvieron allí, a mi lado, con gestos sutiles; una sonrisa, un café, un “ánimo”…..rescato esos gestos, esas miradas, incluso las de aquellos que me hicieron sufrir, porque puede venir algo que tengo que aprender envuelto en ese mensaje tan duro que me dieron.
Las pérdidas ya no parecen un fracaso, sino una crisis transformacional, que me lleva a perder y a dejar espacio para algo nuevo, donde podrá llegar algo totalmente distinto y emocionante, con toques de aventura, y notas de locura.
Dejar atrás y practicar el desapego es una tremenda experiencia, y puede llevarnos a vivir mejor, y a dejar de creer que necesito tantas cosas para vivir, reteniendo aquellas cosas y relaciones que son mías, de mi propiedad, y aunque hace rato ya no funcionen, las tengo atrapadas por si hubiera algo que me pudieran dar.
El desapego incluye las viejas prácticas, que me dan seguridad de alguna manera, y que me hacer estar en un estado de confort, y que a la vez me mantienen estanco, sin nuevos movimientos, sin nuevas emociones.
Hay momentos en la vida en que soltar algo que aprecio es un maravilloso ejercicio, y darle el tiempo para que vuelva, cuando quiera y de la manera que le parezca, puede ser sorprendente y divertido.
Las estructuras mentales son una gran causa para boicotear el desapego, y nuestra mente se siente más cómoda si no integramos ideas muy diferentes y disruptivas, que me cambia mis algoritmos internos de hacer las cosas y mirar mi vida.
El fin de año en este lado del planeta es de una carga emocional y física mayor, porque coincide con cierre de año legal, financiero, académico, en fin, en el norte de nuestro globo celebran la Navidad y el Año Nuevo, sin la presión de cerrar el año, y es a mitad del año que dejan estas tareas y dinámicas de cierres.
El momento que vivimos hoy, en pandemia, en elecciones, economía apretada, y chilenos que partieron por el COVID, es un momento intenso, y es injusto para nosotros hacer evaluaciones, no las necesitamos, congelemos esta idea de hacer un análisis de fin de año de ganancias y pérdidas.
Te invito a hacer un momento profundo y respetuoso de AGRADECIMIENTO, y recordar aquellas miradas regaladas, sonrisas recibidas, abrazos del alma, regaloneos varios, cafecitos recibidos, mensajes alegres y cariñosos, así como de críticas y comentarios complejos que con el tiempo me hicieron sentido, y de AGRADECIMIENTO a mi ser por aquellos desafíos que me atreví a tomar y a dar ese salto al vacío, a ese deseo de aventura que me vino, y esa inquieta mente que buscó nuevas ideas que introducir en mi cabeza.
Agradecer por tenerte a ti mismo, a pesar de haber perdido un amor, un amigo, una mascota, un hogar, un trabajo, un sueño, y de seguirte conectando con lo que te da sentido y te mueve a ser mejor, y te hace tener menos, donde a veces “Menos puede ser Más”.
Gracias a ti por leerme.







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