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"¿CUÁL ES TU RED DE APOYO?"

  • Foto del escritor: Karla González
    Karla González
  • 30 oct 2023
  • 4 Min. de lectura

Todos pasamos por situaciones y momentos en que necesitamos apoyo, y también nos cruzamos en nuestro camino con personas que lo necesitan.


Dar apoyo es tan relevante como recibirlo, uno requiere empatía y el otro humildad.


En una sociedad individualista y eclipsada por el éxito la humildad no se promueve, e incluso puede ser asociada con síntomas de debilidad.


Estamos insertos en una cultura del aislamiento, con el exceso de tecnología podemos llevar una vida virtual sin contacto físico y en nuestro metro cuadrado, sin que nuestro entorno lo extrañe.


Esto no favorece la vida social, ni el compartir momentos o escuchar las ideas de los otros, reírse juntos o llorar con el otro.


Las ideas como las emociones que se viven en formato virtual, no tienen aromas, ni abrazos.


Las redes de apoyo para mí son personas que te apoyan cuando las necesitas, independiente del momento de tu vida, o relación afectiva. Pueden ser familiares o amigos, de la infancia, el colegio, la universidad, el trabajo o de carrete, pero que “están para tí”. Cómo se expresa esto de estar para el otro, de múltiples formas; compartiendo un café, un chocolate, una conversación, un silencio, un beso, un abrazo, el formato lo define cada persona.


La pandemia puso en evidencias los problemas de salud mental que tenemos en nuestra sociedad, y en muchas familias aparecieron expresiones de dicha circunstancia, así que las redes de apoyo son hoy evidentemente más apreciadas.


Tu red comienza en tu ser interior, cuando reconoces que necesitas apoyo, y te das espacios de conexión contigo, de búsqueda interior y propicias esos momentos profundos.


Luego puedes salir a buscar apoyo y activar tu red, esa que puedes llamar sin pedir permiso o agendar un encuentro.


¿Tienes en tu mente clara cuales son las personas que forman tu red?


Las amistades que llevamos en nuestro andar son un regalo, que si hemos cuidado, le hemos dado tiempo y escucha, seguro estarán disponibles para nosotros. Si estamos en el caso que no hemos cultivado la amistad, nos hemos aislado o separado de los amigos, o no hemos generado nuevas amistades, será difícil contar con una red de apoyo.


Hay personas que nos generan confianza y no nos avergüenza contar nuestras pobrezas, esas difíciles emociones que nos atrapan a veces y no nos dejan avanzar. Si tú tienes personas que te provocan esto, es un regalo en tu vida, y que debes atesorar y salir a su encuentro una y mil veces.


Pedir ayuda requiere tanta humildad, que se nos hace tan duro practicar, en un sistema social que lo inhibe, lo ridiculiza y promueve la fortaleza por sobre la debilidad.


Cuando un amigo llora o incluso alguien cercano con quién puedo no tener tantos vínculos, ¿se activa mí empatía? ¿o salgo arrancando? Cuando alguien llora sus lágrimas tienen que ser escuchadas, su pena recibida y yo puedo estar en ese momento para acompañar al otro. Tengo las habilidades para ello, y desde siempre han estado en mi interior, pero si no lo experimento voy endureciendo mi corazón, y así como no puedo apoyar a otros, tampoco construyo un ser que pueda recibir apoyo.


Perder el equilibrio, sentirnos desbordados son estados naturales del ser humano, y en todas las épocas de la historia y en cualquier lugar del planeta se ha experimentado esta condición vulnerable del ser. La historia escrita se recrea con los éxitos, batallas, descubrimientos y logros, pero de penas y amarguras se escriben novelas, que seguramente se han inspirado en historias reales.


Hay pérdidas que inundan el corazón y es injusto para nosotros mismos no pedir a nuestra red de apoyo que nos acompañe, y un abrazo, un beso o una caricia pueden ser un bálsamo para el alma que se siente marchita.


La vida tiene ciclos de alegrías, aciertos, encuentros que nos hacen sentir dueños del mundo, y también tenemos la otra cara de la moneda; las tristezas, los desencuentros, las pérdidas, que nos dejan en el abismo mismo y se nos hace difícil dar un pequeño pasito.


Una red de apoyo es la tribu, esa que llega a visitarte con sus cantos y rituales, la que te alimenta con cariños y abrazos, la que te recuerda lo valioso que eres, la que te dice “todo va a estar bien”.


Cuidemos a la Tribu, todas a las que perteneces, porque no tiene que ser solo una, y ábrete a la posibilidad de integrar una nueva, y te sorprenderá lo mucho que hay en común entre tú y esta nueva Tribu.


Las aventuras no tienen una edad que la restringa, date permiso para aventurarte y crear una red de apoyo, arma tu listado con personas nuevas, y empieza a conocerlas, a escuchar sus historias y así visitarás otros mundos, y tu mundo se ampliará. En ocasiones nos envolvemos en amistades que no nos hacen crecer, pero es cómodo seguir ahí, y también es valiente reconocer esto y buscar nuevos compañeros de viaje, y estar dispuestos a escuchar otras opiniones muy distintas a las mías, y con empatía comprender a ese otro con su historia que lo justifica.


Nunca es tarde para ir a buscar un viejo amigo, tampoco para retomar amistades que se entibiaron, o sanar heridas con aquellos que son importantes. En ese andar podrás dar apoyo y acompañar a un amigo, o recibirlo, porque nunca se sabe, ni el más sabio puede saber cuándo necesitarás activar tu Red de Apoyo.

 
 
 

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